- Úselo sólo para protegerse del sol, no de la lluvia.
- Guárdelo bajo techo cuando llueva o protéjalo con fundas especiales.
- Si corre mucho viento, ciérrelo de inmediato.
- Si se moja, déjelo secar abierto.
- Para limpiarlo, aspire el polvo acumulado y luego frote la lona con un cepillo humedecido en una solución de agua tibia, detergente neutro y unas gotitas de amoníaco. Enjuague, abra y seque al sol.
- Si la lona es de color, agregue al agua del enjuague un chorrito de vinagre: fijará mejor el color.