Un cuarto romántico en rosa y blanco
En este primer ejemplo se han escogido rosas y blanco como colores principales, a los que se les suman el marfil en los muebles, y el plata en objetos decorativos. Es posible encontrar algunos detalles de tonos mas intensos como rosa oscuro y berenjena en los textiles. Las paredes han sido pintadas en un blanco roto destacando un muro en un rosa suave. La cortina liviana en blanco permite el buen paso de la luz natural.
Luz y frescura con verdes y blanco
Esta vez los colores análogos azul y verde se combinan en distintas tonalidades sobre una atmósfera blanca de muebles, paredes y textiles. La pared destacada ha sido pintada en un verde pistacho en combinación con los pequeños complementos diseminados por la estancia. Otros colores como el gris del espejo y beige del cabecero rompen con la monotonía.
Celeste y maderas claras para mayor elegancia
Como tercera opción aparece el azul junto a maderas claras. Estas últimas aportan algo de calidez a la frescura del azul en combinación con el blanco. El azul varía en iluminación yendo desde el mas claro para grandes superficies como la pared, hasta el mas oscuro en lo cojines.
Estas opciones coloridas y luminosas son aplicables a cualquier cuarto, pero una habitación juvenil es la mas indicada.