A la hora de decorar el dormitorio de los niños, podemos echar mano de la sabiduría china ancestral y basarnos en algunos de los principios del feng shui para la búsqueda de la estimulación y la seguridad infantiles.
El cuarto de los niños es el lugar de la casa en donde suele encontrarse mayor colorido y donde se utilizan los colores más vivos y las combinaciones más atrevidas. El amarillo es excelente para llevar alegría a un ambiente y compensa la falta de luz natural en ambientes oscuros. El blanco irradia pureza y pulcritud, pero también puede evocar frialdad. El verde evoca crecimiento y creatividad, pero en ciertos casos puede asociarse con inmadurez e inestabilidad. El rojo representa actividad, es bueno utilizarlo en detalles. El rosa es tranquilizador y se asocia especialmente con las niñas. El azul es el color de la concentración y la calma. El negro, color del misterio, no es muy adecuado para cuartos infantiles.
A los niños les encanta saltar sobre la cama y dejarse caer sobre ella, por tanto a la hora de elegir una cama, es necesario tener en cuenta este hecho y buscar una cama robusta y no demasiado estrecha, con cantos redondeados, que hará que los niños disfruten con más tranquilidad. Otro aspecto importante del mobiliario de las habitaciones infantiles, es evitar estanterías que queden sobre la cabeza del niño al dormir o estudiar, ya que esto le provocará encierro y dificultará el descanso y la concentración.
A los niños les suele gustar un lugar donde pintar o donde colgar sus dibujos, por lo tanto se debe reservar un lugar donde ellos puedan expresarse, una buena idea es colgar un corcho en un espacio común, como el salón, lo que contribuye a la identificación de los niños con el espacio y al fortalecimiento de los lazos familiares. Pensando en que los niños estén cómodos en el hogar, es bueno utilizar muebles bajitos que no dificulten los movimientos y faciliten el que ellos se manejen en su cuarto de forma independiente.
Para los niños es importante el contacto con la naturaleza para alcanzar el equilibrio, por lo que aunque sea pequeño, se debe reservar un espacio en la casa que incorpore la presencia de plantas o de pequeños animales, por ejemplo incorporando un acuario que les hará vivir experiencias muy interesantes.
Para cuidar la seguridad de los niños, debemos emplear materiales sanos y naturales evitar aglomerados, pinturas y barnices sintéticos y optar por maderas macizas, fibras naturales y pinturas al agua. En lo que respecta a los complementos textiles deben ser de fibras naturales, ya sea vegetales como algodón y lino, o animales como lana o seda, que promoverán seguridad, libertad, frescura y limpieza en sus sensaciones. La habitación de los niños se debe ventilar diariamente para evitar la acumulación de gases nocivos.
En cuanto a la distribución del espacio, lo ideal es que el lugar de estudio se encuentre separado del lugar de juego y de descanso, aunque la separación no sea física, sino sólo visual, utilizando un color diferente para el rincón de trabajo.
Por último para una adecuada iluminación es ideal que el cuarto de los niños mire al este y que reciba abundante luz natural, si no es así, el color amarillo brillante ayuda a compensar esta situación. Es conveniente que el cuarto de los niños disponga de varias fuentes de luz artificial, una luz general más o menos intensa, una iluminación suave para las horas vespertinas e iluminación puntual en zonas de trabajo.